lunes, 9 de marzo de 2009

8 de Marzo - Día de la Mujer

  • Por Solange Florio - Tendencia Dinamo

Las mujeres tenemos nuestro día, día en que políticos y referentes sociales hablan de nuestra historia, relatan nuestras luchas y vananglorean nuestros logros. Día en que quienes se animan a dejar de lado las banalidades, reconocen que la mujer sólo logró igualdad en materia de derechos formales.

Es en este día que no puedo dejar de recordar el camino pasado, la historia vivida, la lucha de tantas mujeres, y algún que otro hombre, que me permiten estar escribiendo estas líneas y pensar que la igualdad de los sexos estaría realizada. Sin embargo, no puedo pasar por alto, que si la sociedad y la historia transformaron la situación de las mujeres, permitiendo y aceptando su emancipación y libertad, esto no implica que nuestra suerte esté reglada. Podríamos decir que la condición femenina ya no es lo que era, es más, quizás hasta ya no exista tal condición, pero sin duda alguna la igualdad es sólo el horizonte que hemos logrado consensuar para llegar a éste , pero aún nos queda un largo camino por recorrer.

Construyendo un horizonte

El feminismo no goza precisamente de buena reputación, “soy feminista, pero…” y aquí debo explicar que no deseo exterminar a los hombres, ni borrarlos del planeta, ni mucho menos dominarlos… Sucede que como todo movimiento social e histórico el feminismo se encuentra en sus más variadas formas, aunque para mí es la designación que se le da a toda persona que se pronuncia y lucha por la igualdad de los sexos. Y en este sentido “SÍ, SOY FEMINISTA”.


El feminismo permitió a las mujeres ser actrices de la escena pública, dio forma a nuestras aspiraciones y al deseo, fue fuente de igualdad y libertad, y por lo tanto de democracia.

Durante el siglo XIX quienes emprendían esta lucha, pensaban que la única manera de lograr la igualdad era aboliendo toda diferencia, identificando a la mujer con los valores históricamente concebidos como masculinos. De esta forma, ser sociable, racional, frío, calculador, pensante (entre otras características) era la manera que encontraban las mujeres para hacerse de un lugar en la vida pública. No se podía exigir igualdad si los sujetos demandantes eran emotivos, irracionales, sensibles, informales.

En la segunda mitad del siglo XX, sobre todo después de 1970, el feminismo lucha por la liberación de las mujeres y la igualdad en la diferencia. Es decir, reconocer que tanto hombres como mujeres hemos sido sociabilizados para ejercer distintos roles y que ello implicó desarrollar distintas habilidades. Ser mujer se vuelve un valor positivo y digno de reindinvicar. Si las mujeres participaran las cosas serían diferentes, porque su misma condición de femeninas, sensibles y bajo una ética del cuidado llevaría a la sociedad a un estadío mejor.

Sin embargo, y a pesar de los logros obtenidos por este movimiento, durante la década del ’80 se resignificó su sujeto. Ya no se conceptualizaron las características históricamente femeninas como superiores (ser de tal o cual manera no significaba ser mejor). Si bien la sociabilización del sujeto marca su historia, condicionado por su sexo, estas características no implican su mejor o peor desarrollo en la vida.

A lo largo de estas transformaciones en el movimiento, se han logrado grandes reindinvicaciones. La primera y más constante fue el derecho a saber, el esfuerzo por la apropiación de la lectura, la escritura, el acceso a la enseñanza. Con métodos diferentes: el universalismo francés privilegia los títulos comunes mientras que los países anglosajones fundan casas de estudio para mujeres.

En cuanto al derecho al trabajo, al salario y los oficios, esto implicó grandes modificaciones económicas, jurídicas y simbólicas. Comenzó por la necesidad de las clases trabajadoras de duplicar los ingresos familiares, mientras que en la burguesía dedicada al ocio significaba la decadencia de la familia. Junto a esto surge la lucha por los derechos civiles: derecho a la propiedad, a la administración de ingresos y sueldos propios, derecho a elegir el lugar de residencia, derecho al divorcio, etc.

En cuanto al derecho político, en la mayoría de los casos tardíamente adquiridos, tiene tres aristas: el sufragio, la representación y el gobierno, Finlandia fue el primero en otorgar el derecho de voto a las mujeres en 1901, vale recodar la tradición matriarcal de dicho pueblo.

El camino que falta recorrer

Hoy en día la lucha pasa por los derechos sobre el cuerpo, el hábeas corpus, la liberad de concepción ("anticonceptivos para elegir, aborto para no morir"), la penalización de la violencia, el acoso sexual en el trabajo, etc. El camino recorrido parece largo, pero falta mucho por hacer. En Francia la Ley de Veil (1975) reconoce el derecho “un hijo si yo quiero, cuando quiero y como quiero”, pero otras legislaciones lejos están de esta concepción del hábeas corpus.

En el ámbito laboral las diferencias siguen siendo abismales: desigualdad de salarios en igualdad de responsabilidades, desestimación para cargos gerenciales y/o regionales, subestimación para tareas y capacidades.

La política continúa siendo el espacio masculino por excelencia, el poder en manos de mujeres no es más que la exigencia legal del cupo femenino, y aún así su ejercicio efectivo del poder debe ser en clave masculina: “Cuando las mujeres llegan al liderazgo, y sobre todo a la posibilidad de disputar una presidencia o algún cargo históricamente masculino, lo que recomiendan los asesores de imagen es acercarse más a los hombres y distanciarse más de las mujeres” (Elisa Carrió en “La concepción del poder desde las mujeres”).

Hoy ser mujer

Pienso y actúo como feminista por quienes lucharon en el pasado y por mis hijas y nietas… Porque no tengan que transitar la vida defendiéndose por ser mujeres, probando sus capacidades por ser mujeres, teniendo que ganarse un lugar en la sociedad preacondicionadas por ser mujeres. Hace tan solo una semana, un colega de mi trabajo me presentó a un futuro proveedor, sujeto con quien negociaré y discutiré diariamente. Su introducción a mi persona fue “es mujer, pero por serlo tiene dos dedos de neurona, hacen sinapsis como dos veces por semana, lo que por ser mina es mucho….” OK, para muchos es un chiste, para otras es la prueba clara de que nuestra igualdad es sólo formal.


Bibliografía consultada:

“Mi historia de las mujeres”, Michelle Perrot.
“La concepción del poder desde la mujeres” Foro de mujeres politicas 2004.
“El segundo sexo”, Simona De Beauvoir.
“Desnuda está la filosofia”, Genevieve Fraisse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario