lunes, 30 de julio de 2007

PALABRAS CLAVE

DÍNAMO / TENDENCIA /  RED
Sabemos a ciencia cierta que nacer no es un acto simple ni sencillo. Importa un proceso donde confluyen esfuerzos, energías, sentimientos encontrados. Un tiempo de incertidumbre, de miedos, de incertezas. Pero nacer, también es paradoja. Es salir para poder entrar. Para poder sentir y comprender un mundo que se construye cotidianamente con el aporte de cada sujeto, de cada hombre y de cada mujer.

Nacer es introducir algo nuevo, es quebrar el tiempo e iniciarlo de nuevo. Es detener el reloj y abrir paso a una nueva historia. Y nacen los hombres, nacen las flores, nacen los pueblos.
“Dínamo” es el resultado de varios meses de discusiones y elaboraciones a partir del crecimiento y los nuevos aportes. Esta “crisis de crecimiento” replanteó nuestra identidad, por lo que decidimos “nacer de nuevo”, renombrándonos y constituyéndonos como Tendencia de pensamiento y acción.
Dínamo: Según el diccionario, es una “máquina destinada a transformar la energía mecánica en energía eléctrica, por inducción electromagnética, debido a la rotación de cuerpos conductores en un campo magnético”.
Podemos decir que una tendencia es un patrón de comportamiento, es dirección, es rumbo, es propensión. Una tendencia es movimiento, es lo que viene, es lo que instala -y se instala-. No es eterna, por eso también se va, se crea y re-crea. Una tendencia establece relaciones, líneas de acción y posiciones comunes.


Iniciativa, decisión, reflexión, acción, capacidad, creatividad y convicción transformadora. Militancia, compromiso, esfuerzo y seriedad.
Estas son nuestras herramientas. Este es nuestro trabajo. En esto consiste nuestro aporte.
la introducción del cambio. A su vez, fortalece la identidad de cada Organización y la concreción de valores y pautas colectivas. Permite el establecimiento de vínculos institucionales más homogéneos y el surgimiento de orientaciones o proyectos comunes, aumentando la capacidad de respuesta a partir de innovaciones en el trabajo de siempre.
La Red alienta el establecimiento de vínculos solidarios y facilita que sus integrantes actúen como participantes reflexivos. También estabiliza la convivencia porque posibilita acuerdos estratégicos y soluciones de conjunto. En una Red la interacción entre las partes produce un "plus", un "algo nuevo" que no estaba presente antes (que no es propiedad de ninguna de las Organizaciones, sino del conjunto), esto es lo que posibilita y garantiza la creación de alternativas.


La estructura organizativa de una Red se diferencia de las estructuras tradicionales en tanto los vínculos que se establecen entre las organizaciones que la integran no son ni permanentes ni jerárquicos y donde las funciones de representación no se constituyen, necesariamente, en base a delegación de autoridad alguna.

De todos modos, es importante tener en cuenta que los espacios de organización y trabajo en red no suponen una visión ingenua de los intereses, valores y objetivos que cada actor interviniente tiene y representa. Por el contrario, reconociendo la diversidad de intereses y partiendo de la desigualdad de poder, el trabajo en Red permite la creación de escenarios donde ese desequilibrio de fuerzas tienda a nivelarse, construyendo consensos.

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