Hace un año, un 31 de marzo a las 22.00 horas, escribía estas líneas. A un año de la muerte de Raúl Alfonsín y en tiempos de una Argentina que parece no encontrar su camino las reedito con el objetivo de realizar un pequeño aporte a la reflexión y a su vez rendirle homenaje a quien nos abriera las puertas de la democracia.
Muchas veces los homenajes sólo quedan en palabras y discursos. Es por eso que el mejor de los homenajes es convertir en acción y en práctica cotidiana el legado de los hombres y mujeres que soñaron e hicieron posible (desde sus luchas y fuertes convicciones) una Argentina distinta.
Con él empecé la militancia política, me formé, me alegré y me enojé; todo lo que a uno le sucede cuando hay respeto y cariño a la vez.
Hoy se fue un verdadero hombre de la democracia, y no sólo de la Argentina. Implacable defensor de la república, la vida y la paz.
Se me vienen algunos recuerdos como esa noche de octubre, con apenas 6 años, en el obelisco; la plaza de mayo de Semana Santa; la CONADEP; el Juicio a la Juntas; cuando nos recibió como representantes de la Juventud Radical y sus históricos discursos del cierre de campaña y del 10 de diciembre en el Cabildo.
Hoy más que nunca, más allá de los buenos y malos momentos vividos, el mejor de los homenajes y reconocimiento a nuestro Ex Presidente.
Ojalá que, desde el lugar que hoy te toque estar, nos guíes en la búsqueda de una verdadera democracia con ética, honestidad, diálogo y justicia social.
Allá, vaya a saber dónde, te encontrarás con tipos, que al igual que vos, han dado mucho para que la política no se convierta en mezquina y mediocre. Ellos son: el ruso Karakachoff, Mario Abel Amaya y Alfredo Bravo.
En estos momentos sólo me inunda el dolor, la tristeza y todo lo que a uno le sucede con una pérdida.
Hasta Siempre Raúl!!
Maximiliano Ferraro
Junta Ejecutiva Nacional ARI
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