La sirena de
Arroyo y Suipacha sonará a las 14.47 como todos los años desde aquel terrible
17 de marzo de 1992. La misma nos convocará una vez más a no resignarnos nunca a
construir una sociedad con Justicia, Paz y Tolerancia. Los familiares de las 29
víctimas del atentado en la sede diplomática de Israel y toda la sociedad
continúan esperando que los culpables estén donde deben estar: en la cárcel. Así
podremos abandonar de una vez y para siempre que la impunidad del poder siga
coartando nuestro derecho a vivir en un país seguro y con justicia.
El terrorismo
internacional es una amenaza, y velar por el cese de todo mecanismo de
violencia es una causa de la Humanidad. También es una amenaza el ocultamiento
del verdadero entramado de sus vínculos con algunos sectores de poder económico y político que,
bajo un discurso de “enfrentamiento de dos cosmovisiones”, envuelven al mundo
entero en el más terrible de los regímenes: el del miedo
La inacción y la
escasa voluntad política por parte de los gobiernos, han impedido el avance en
la investigación por el esclarecimiento de los hechos. Ante esto nos sumamos y
convocamos a todos y todas, en una unión fraternal, al enérgico reclamo de
Justicia. Porque con la participación de cada uno de nosotros haremos de
nuestra República el espacio de encuentro donde la Justicia, la Igualdad y la
libertad son principios esenciales que nos permitirán avanzar hacia una mejor
Argentina.
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