domingo, 1 de abril de 2012

Malvinas: a 30 años



A veces cuesta entender el porqué de las guerras y aun más intentar encontrar criterios razonables y humanos para justificarlas. Por más de dos mil quinientos años grandes filósofos han buscado comprender tanta beligerancia. Pero tantos litros de tinta volcados al tema, rara vez llega a compensar cada mililitro de sangre que se derraman en una contienda armada. La Guerra de Malvinas no fue la excepción. 

La cuestión Malvinas tienen su génesis histórica en la expedición de Magallanes del siglo XVI, la ubicación geográfica de las islas de acuerdo al derecho internacional de la época establecido en Las Bulas Pontificias y el Tratado de Tordesillas de 1494 son los primeros instrumentos que reflejan la soberanía española sobres las islas.

A partir del proceso de emancipación americana del que nuestra incipiente patria no fue ajena con la Revolución de Mayo de 1810 y posteriormente la declaración de independencia en 1816 las islas Malvinas fueron consideradas por los primeros gobiernos argentinos como parte integrante del territorio heredado de España.

El 3 de enero de 1833, una corbeta de la Marina Real británica por un acto de fuerza expulsó a las autoridades argentinas dando comienzo a una disputa de soberanía entre el Reino Unido y la Argentina. La primera etapa estuvo opacada por la prioridad que el Estado brindo a las inversiones inglesas y a la relación comercial con Londres por sobre los intereses nacionales y las reivindicaciones territoriales sobre las islas.

Con la llegada del nuevo siglo las relaciones entre estados abandonan progresivamente su lógica anárquica para pasar a formar un mundo mas integrado en todos los ámbitos sociales, políticos y económicos y en lo que respecta al derecho internacional. A lo largo del siglo esto se vera institucionalizado en principio y de manera rudimentaria por las Sociedades de las Naciones y posteriormente con la creación la ONU en 1945.

Este marco internacional que prioriza la negociación y el dialogo nos proveerá de un marco propicio para encaminar el reclamo por las islas por nuevas y mas efectivas vías.

Ya en pleno desarrollo el proceso de descolonización impulsado por la Carta de la ONU, el 14 de diciembre de 1960, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Resolución 1514 (XV) “Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales”, que proclamó “la necesidad de poner fin, rápida e incondicionalmente, al colonialismo en todas sus formas y manifestaciones”.

Esta Resolución establece en su párrafo sexto que “todo intento encaminado a quebrar total o parcialmente la unidad nacional y la integridad territorial de un país es incompatible con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas”. Indiscutiblemente esta Resolución deja en claro que, allí donde está en juego el principio de integridad territorial de los Estados no puede tener aplicación el de autodeterminación.

Una nueva resolución- la número 31/49-, insta a las dos partes de partes se abstengan de adoptar decisiones que entrañen la introducción de modificaciones unilaterales en la situación de las Islas mientras se encuentre pendiente de solución la controversia de soberanía entre los dos países.

El contexto nacional de 1982 era el de la dictadura al mando del Galtieri, gobierno de facto en decadencia y sin aceptación popular opta por un recurso que unía el sentimiento argentino, Malvinas.

Este 2 de abril, al margen de que cuantitativamente es especial por los 30 años de conmemoración de una guerra inútil que iba a echar por la borda una tarea diplomática progresiva, y se iba a cobrar la vida de mas de 600 jóvenes, el álgido tema de Malvinas continua siendo un símbolo de un anacronismo innegable distorsionado a veces por el poderío económico que representa Inglaterra. Sin embargo, consideramos que una sistemática tarea diplomática, apoyada por todos y todas las argentinas acompañada por los líderes de la región debe ser mantenida independientemente de las disgregaciones nacionales, hoy mas que nunca la causa nos sirve como síntesis y cohesión de intereses políticos e ideológicos.

A nuestro entender el gobierno actual apela a un utilitarismo de la situación. Pensar en Malvinas Argentinas por vía diplomáticas es un progreso en cual coincidimos, pero las políticas de un país en lo que respecta a la cuestión nacional se deben a la coherencia en todos sus aspectos y no solo a aquellos que tendrán un rédito electoral y hacen a la opinión publica, empezando por la asistencia y reconocimientos de nuestros ex combatientes hasta la defensa de nuestros recursos naturales, asegurar a sus habitantes las condiciones materiales, sociales y legales para el desarrollo de sus planes de vida, modificar las dependencias afines al poder estatal, ampliar la base ciudadana y mejoramiento de la calidad educativa, la independencia intelectual es libertad y sobre todo también es patriotismo.

Es por todo lo expuesto hasta ahora que desde Tendencia Dinamo defendemos firmemente la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas e Islas del Atlántico Sur, apoyamos todas las medidas diplomáticas que se realicen sin importar quien este en el poder, en pos de lograr un entendimiento con el Reino Unido que pueda llevar a la devolución de un territorio que históricamente nos pertenece, vemos con mucha satisfacción el apoyo que hemos recibido por parte de nuestros hermanos latinoamericanos y apoyamos a todos aquellos excombatientes para los cuales 30 años después, su lucha aun no ha terminado. Pedimos al Gobierno Nacional que los escuche, que les reconozca sus derechos como veteranos de guerra. Al mismo solicitamos al Gobierno Nacional que deje de lado sus banderas partidarias, que no se apropie de un tema tan delicado y tan nacional para no asemejarse a aquellos que dieron origen a esta incomprensible guerra y dirijan su accionar solo a la defensa del territorio nacional.



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