miércoles, 31 de marzo de 2010

(24 de marzo) ¿Cómo seguir adelante?, por Leandro Ponce

34 años pasaron ya desde la “noche blanca”. La noche en la que las Fuerzas Armadas derrocaron al gobierno y le dieron inicio a lo que fue el periodo más oscuro de la historia argentina. Pasaron 34 años del Golpe de Estado.


Por que una sociedad sin memoria es una sociedad sin futuro, por el dolor de muchos (que es de todos) y por las heridas aun no cerradas, es que no podemos -ni debemos- dejar pasar esta fecha sin reflexionar, sin recordar lo sucedido. No solo, esa noche, no solo el proceso, si no también sus consecuencias en nuestro presente.

Creemos que hay cuestiones que no se prestan a ningún tipo de debate: Desaparecidos, torturas, apropiaciones, represión, muerte.

Pero no son solo las ausencias y el dolor lo que nos dejaron esos años.

La imposición –violenta- de un modelo económico/social de exclusión, de endeudamiento irracional, de vaciamiento y saqueo del estado, es sin duda otro legado nefasto del Proceso. Este modelo, no solo no fue modificado por los sucesivos gobiernos democráticos, si no que fue profundizado, principalmente en los ‘90. La profunda pobreza que hoy sufre nuestro país es, en gran medida, la consecuencia –y objetivo- de aquel modelo.

Las ausencias fueron y son, un vacío –muy grande- en la política, en los sindicatos, en la cultura, en toda una generación.

La sociedad argentina era política en su génesis cultural. Era su naturaleza. Desde el rico hasta el pobre, sin importar si participaba activamente o no. La gente común hablaba de política. La muerte, el terror y el miedo acabaron con eso y los sucesivos gobiernos que pasaron desde la vuelta a la democracia terminaron el proceso de apolitización de la sociedad argentina con una gran dosis de desilusión, corrupción y pizza con champagne.

Las nuevas generaciones tal vez ya no cargan en sus hombros con ese miedo, pero la sociedad en su conjunto aun hoy no pudo, ni puede recuperar sus ansias de discusión, de debate, de participar, de involucrarse.

Es nuestra tarea, como agrupación política que nos reconocemos, el demostrarle a la sociedad (y demostrarnos a nosotros mismos) que sigue siendo la participación la única vía de transformación y La Política su herramienta mas poderosa.

Muchos juicios ya están en marcha, consecuencia necesaria de muchos años de lucha del gran arco de agrupaciones de centro-izquierda. Y es importante aclarar esto. Por que la búsqueda de justicia jamás perteneció con exclusividad a ningún sector político ni debe hacerlo. Mucho menos el gobierno de turno. Sostener esto es negar la lucha de los demás compañeros (por que en esta lucha, en el dolor, nos sentimos compañeros) y, por otro lado, se corre el riesgo de que una gran parte de la sociedad (de ideologías no tan definidas), confunda la lucha de muchos con el proyecto de pocos.

Ahora hay que lograr que tantos juicios que se iniciaron (y los que faltan empezar) lleguen a sentencia y se pueda dar un paso adelante en la relación Sociedad-Fuerzas Armadas. Pero las sentencias tienen que llegar, no se puede dejar pasar la oportunidad histórica. Histórica no solo por el valor histórico-jurídico que tienen y tendrán esta clase de procesos, si no también por que el contexto internacional-regional es favorable.

Ahora bien, nuestra lucha por la memoria y los DDHH, no se queda en la búsqueda por la verdad sobre el terrorismo de estado en la Argentina, ya que entendemos que es igual de grave que hoy en nuestro país, haya gente que se sigue muriendo de hambre. “Muriendo de hambre”, entendiendo que son compatriotas que realmente mueren, fallecen por falta de alimentos mientras se discute cuanta renta extraordinaria se les retiene a las agro-exportaciones, o cuantos miles de millones se destinaran al pago de la deuda externa.

Ojala, mas allá de la marcha y todo lo simbólico de estar presente en “la calle”, se logre incentivar un debate generalizado, no solo de los que se sientan naturalmente a fin con esta causa, si no de todos los ciudadanos, no solo con el objetivo de recordar, si no también en miras del “¿como seguir adelante?”.

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